¿Todo te cae mal? 5 formas de relajar tu sistema digestivo

¿Alguna vez después de comer has sentido molestias o pesadez? 

¡Cuidado! Este síntoma puede ser un aviso de tu cuerpo para que vigiles más la comida que llega a tu boca.  

Nuestro cuerpo es como una gran máquina que depende de cada una de sus partes para funcionar correctamente. ¡Todo está conectado y son dependientes! Por ejemplo, si tu sistema digestivo anda mal, tu ánimo se verá afectado porque, aunque no lo creas, el sistema digestivo está conectado con el sistema nervioso central a través del nervio vago. Según esto, al tener problemas digestivos, todo te podrá costar mucho más: Te costará caminar, te costará descansar y hasta te costará concentrarte. Es por esto que hoy en La Teresita te invitamos a cuidar tus hábitos alimenticios y te explicamos cómo puedes hacerlo.  

Pero primero hay algo básico que debes saber: ¿Qué es la digestión?  

Que esta palabrita no nos complique la vida. La digestión no es más que un proceso en el que los alimentos se convierten en sustancias sencillas para una mejor absorción de sus nutrientes. Mejor dicho, gracias a la digestión es que nuestro cuerpo funciona, porque por medio de ella se crean y se nutren las células.  

Imagina por un momento que no existiera la digestión ¿Qué haríamos con todo lo que comemos? No serviría de nada. Pero aunque existe este maravilloso proceso, muchas veces con nuestros malos hábitos entorpecemos su trabajo.  

 

 

¡Qué esto no vuelva a pasar! Conoce 5 formas para ayudar a que tu sistema digestivo sea el mejor:  

1) ¡Líquidos, líquidos y más líquidos!  

Hoy te queremos presentar a un nuevo amigo: el termo. Si es de aluminio o vidrio mucho mejor. Que él te acompañe siempre, porque no basta solo con la hidratación en el desayuno, el almuerzo o la cena.  

Nuestro cuerpo está compuesto por un 60% de agua, así que lo que más necesitamos son bebidas saludables que nos ayuden a digerir. Pero ojo, bebidas saludables, nada con gas porque este se expande dando la sensación de ser demasiado abundante y pesado para nuestro estómago.  

Carga tu termito siempre lleno de agua o de infusiones. Después de comer ensaya tomando una aromática de manzanilla o de cidrón. ¡Verás cómo tu sistema digestivo lo agradecerá!  

Recuerda entonces tomar de 1,5 a 2 litros de agua al día para  prevenir el estreñimiento y tener siempre la digestión al 100. 

2) ¡Más fibra en tus platos! 

Fibra es una palabra que está de moda, pero ¿tú sabes qué es? La Teresita te lo explica bien masticadito.  

Comencemos por el principio: la fibra no se digiere ni se absorbe. Ella pasa intacta por nuestro intestino delgado y se fermenta parcial o totalmente en nuestro intestino grueso. Si es así ¿Qué es lo que la hace tan especial?  

Pues gracias a sus componentes puede ayudar a reducir los niveles de colesterol y glucosa en la sangre, además de promover el movimiento en nuestro aparato digestivo, es decir, eliminar el estreñimiento e ir más veces al baño.  

La fibra es un regalo de la naturaleza, la encuentras en la avena, los frijoles, las manzanas, los cítricos, las zanahorias… También en algunas hierbas como la moringa y la flor de jamaica.  

3) ¡Cómete el arcoiris!  

Juega a la decoración y el diseño en tus platos, incluye alimentos vegetales de todos los colores. ¡Te sabrán más ricas tus comidas y serás más feliz porque alimentarse bien es estar bien! 

Aunque no lo creas cada color en cada verdura, hierba o fruta es muy especial, ellos pueden aportarnos micronutrientes, antioxidantes y fibra que no solo fortalecerá el sistema digestivo, sino a nuestro cuerpo en general.  

¿Cómo elegir los alimentos según su color?  

Aquí te dejamos algunos ejemplos del arcoíris con sus propiedades:  

 

 

4) Activa tu cuerpo, pero también descansa lo suficiente  

Muévete como quieras: baila, camina, ejercítate, ve a nadar. Haz lo que más te haga feliz, pero mueve tu cuerpo por lo menos 30 minutos al día.  

Cuando caminas, por ejemplo, tu sistema digestivo se mueve contigo, eso ayuda a que los alimentos transiten y se puedan eliminar fácilmente.  

Y así como te mueves, también descansa. ¿Has escuchado la teoría qué dice qué nuestro estómago es nuestro segundo cerebro? No descansar como se recomienda puede afectar nuestros niveles de estrés, enemigo número uno de muchos problemas en nuestro intestino.  

Te lo explicamos más fácil: el estrés afecta el sistema nervioso autónomo, quien se encarga de manejar el ritmo intestinal, si tu mente no está bien, de seguro tu intestino tampoco lo está. 

 5) ¡Alto! Pilas con las comidas abundantes 

Comer es uno de los placeres de la vida, disfrutar de un buen plato y de una buena compañía hacen de la hora de la cena el tiempo más esperado del día. Pero ojo, comer en exceso y más si es en la noche puede afectar nuestro sistema digestivo.  

Aléjate de las distracciones, de las pantallas y de todo lo que evite que te concentres en disfrutar de tus comidas. Este proceso es una conexión emocional que va ligado a la sensación de saciedad. Juega con esto: mucho a veces es menos, así funciona para tu intestino.  

La recomendación es... 

¡Cómo cambiaría todo si modificamos el chip! Empecemos por nuestro cuerpo, por esforzarnos todos los días en incluir hábitos pequeños que marquen la diferencia.  

Relajar tu sistema digestivo es un regalo que te haces a ti y a tu bienestar emocional, recuerda que somos una gran máquina, una máquina maravillosa que funciona perfecto si la cuidamos y le damos lo que necesita. 

Te recomendamos tres infusiones para la digestión que sin duda te ayudarán a ponerla al 100: cidrón, cuidarte y sobremesa.

¡Abre la puerta del bienestar y cuida de ti naturalmente! 

 

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